¿Camboyano?

Hace unas 4 semanas, o sea, desde el inicio de las vacaciones de invierno, siento que vivo un proceso tan extraño, tan inexplicable, tan ... puta no se cómo explicarlo.

De seguro que el carretear en Valpo junto a un grupo muy especial, que siempre entre sus objetivos, el principal es el de "convertir" (supongo que está claro qué quiere decir eso). Ya no se cuántos carretes en el puerto junto a estos seres tan peculiares, pero tan comunes en todas partes, el típico muchacho de buen aspecto y sobre todo que goza de buen poder de convencimiento ante las féminas, las que caen rendidas ante estos personajes.

Particular%, en mi caso, sólo un par de veces junto a ellos he "anotado", pero mi "marcador" es tan escuálido frente a compañeros de 10, 15, hasta 20 puntos.

El caso es que he notado, dentro de mis limitaciones (y para quien de verdad me conozca no sea nada nuevo y lo debo admitir de todas formas) me reconozco un tipo muy tímido y retraído, que le cuesta expresarse ante los demás y más alla aún, que no puede expresar libre% sus sentimientos. ¿y qué tiene que ver? Claro que tiene que ver. Porque si un tipo es tímido y le cuesta siquiera hablar, imagínalo frente a 2 mujeres que bailan esperando a que alguien se acerque, o sea el ridículo será de proporciones si alguien tiene 2 dedos de frente supongo.

No obstante, todo eso cambió ese sábado, fue todo tan fluído, tan idealizado, tan mágico, tan genial, de verdad para mi algo indescriptible y que no habia vivido (o recordaba haber vivido) hace tanto tiempo, hablo de años con plena certeza. Hasta que picaron los peces, y apareció el producto de mi lucha interna contra mi personalidad, que como dije antes, aquel día le ganaba sin contrapesos. 2 mujeres "cayeron". Una a mitad de la fiesta, mientras estaba con Alejandro, amigazo y que a su vez flirteaba de lo lindo con la amiga de "mi" 1ra de la noche (la verdad no recuerdo el nombre, era tanta la bulla y siempre soy despistado la 1ra vez para recordar los nombres) . Hasta allí todo genial. Llegó el momento final de la fiesta, empiezan a oirse las canciones románticas, recuerdo que antes eran tradicional% los blues o "lentos" para "finiquitar". Y de la nada tomo a otra mujer, compañera de las amigas nuestras en la fiesta, ni siquiera le pregunto el nombre ni tampoco si quiere bailar, nada de nada, solo la tomé, puse mi mano en su cintura, la otra junto a su mano, acerqué mi mejilla y de nuevo lo hice. Asi de rápido y de inexplicable para mi todo esto (como muchas cosas en mi vida).

Ojala esta "experiencia" de "camboyano" no me perjudique, y que no empañe mis deseos que, como al igual que cualquier quijote, poder encontrar en el mundo a la dulcinea, a esa mujer que me haga renacer, salir del abismo, volver a soñar, ilusionarme y devolverme la sonrisa perdida , de la que me pueda enamorar con plena seguridad, a quien pueda amar, escuchar, respetar y sobre todo compartir, para poder darme cuenta que no soy un estorbo en este maldito mundo, y me quite los indicios actuales de autoeliminación.

Un abrazo

Ignacio Quiñones